Sufismo y Los Derviches
Visitar a un santo vivo y real de Estambul sería una buena oportunidad para usted durante su viaje a Turquía. Además de este ejemplo muy conocido, el sufismo también tiene diferentes ramas en Turquia. En otras palabras, hoy hay personas verdaderamente santas y santas a cargo. En Turquía se les llama sectas y comunidades. El naqshibandi dargah (khangah) más famoso se llama Menzil (Manzil) y significa el último punto alcanzado en árabe. Este complejo de dargah del pueblo se utiliza activamente y cientos de miles de descendientes y seguidores visitan este lugar con regularidad. Si desea visitar y ver a un verdadero santo vivo (también llamado jeque en turco) hoy en día, podemos sugerirle que dedique 2 o 3 días a explorar y analizar la atmósfera yendo en avión al aeropuerto de Adiyaman y luego ofrecen servicio de traslado a dargah desde el aeropuerto.
La Danza Sufí De Los Derviches Turcos
1. Se como el río en generosidad y ayuda.
2. Se como el sol en ternura y misericordia.
3. Se como la noche cubriendo los defectos de los otros.
4. Se como un muerto en cólera e irritabilidad.
5. Se como la tierra en humildad y modestia.
6. Se como el mar en tolerancia.
7. Se visto como eres, o se como eres visto. ” Mawlana Jalal ud Deen Rumi”
Un cuento sufí del siglo XIII narra que, en una ocasión, un sabio manifestó que “la música es el chirrido de las Puertas del Paraíso“. Una persona cerrada de mente contestó: “No me gustan los chirridos de las puertas”, a lo que el sabio respondió. “Oigo las puertas cuando se abren, pero tú las oyes cuando se cierran”.
El sufismo es una corriente mística del Islam, que engloba a unos 50 millones de personas de todo el mundo. Su propósito es inspirar una unión entre los seres humanos y Dios, mediante la elevación del alma a unos estadios más avanzados de conciencia. Además de esta faceta espiritual, el sufismo ha dado lugar una rica cultura, en forma de música y poesía, que se ha desarrollado en diferentes ámbitos y países, siendo especialmente destacables a este respecto los ejemplos de Turquía, Pakistán y Senegal. Esto se explica por el hecho de que la expresión emocional de la fe se intensifica no sólo a través de la meditación, sino también mediante técnicas artísticas como la música, la poesía y la danza.
La mayoría de los sufíes están organizados en tariqas u órdenes, que han creado elaborados rituales de recitación, que incluyen danzas destinadas a generar estados místicos que faciliten el camino de los iniciados (muridin) hacia la unión con Dios.
En Turquía, existen tariqas como la Halveti (Jalwatiyya), Rifai (Rifaiyya) y Kadiri (Qadariyya). Estas órdenes sufíes llevan a cabo encuentros donde se recita de forma colectiva el dhikr (frases o expresiones que recuerdan y alaban a Dios), basándose en el verso coránico: “Recordadme y os recordaré”. También son recitados los Atributos divinos que aparecen mencionados en el Corán, versos del Libro y alabanzas a la figura del Profeta Muhammad.
Los sufíes más conocidos a nivel internacional son, sin embargo, los derviches de la Orden Mevlevi, que son famosos por sus danzas giratorias que realizan con el acompañamiento de poesía cantada del Mathnawi, la principal obra del fundador de la Orden, Yalal al Din Rumi (1207-1273), uno de los más importantes sabios sufíes de todos los tiempos. Rumi pasó a ser conocido con el nombre de Mevlana (maestro) por sus seguidores porque les enseñó un método de perfeccionamiento espiritual. Este método incluye tres elementos que trascienden las barreras de la comunicación humana: la música, la poesía y el recuerdo. La combinación de estos tres aspectos tiene lugar en la ceremonia de la danza giratoria (Sema).
La Sema, compuesta por siete partes, representa el viaje místico de un individuo hacia Dios. La ceremonia intenta reflejar la naturaleza giratoria de todo lo que se encuentra en la naturaleza, desde las galaxias a los átomos. Mediante la Sema el sufí llega al conocimiento de la Verdad, lucha contra su ego y abraza la perfección. Cuando regresa de su viaje espiritual, lo hace como alguien que aspira a servir con amor y entrega a toda la creación.
En lo que se refiere a las largas ropas blancas que los derviches llevan en la Sema, éstas representan mortajas para el ego; los largos gorros en forma cónica simbolizan tumbas de piedra para ese mismo ego. Durante la danza mística, que puede durar horas, el derviche mantiene el brazo derecho levantado para recibir simbólicamente las bendiciones y energía de lo alto, mientras que el izquierdo está inclinado hacia abajo con el fin de derramar las bendiciones recibidas sobre la tierra. Los derviches forman un círculo y cada uno de ellos se mueve en armonía al ritmo de la música, aumentando lentamente la velocidad e intensidad de los movimientos hasta que todo termina en una cumbre de exaltación espiritual.
Durante su vida, Rumi escribió una enorme obra literaria. Además de su obra cumbre, el Mathnawi, que está compuesto por seis libros y casi 25.000 pareados, compuso 2.500 odas místicas y 1.600 cuartetos. En el Mathnawi se expresa la voz de lamento del alma humana, que desea abandonar su exilio terrenal, buscando la reunificación con su Creador. Rumi enseñó que el amor era el camino hacia el crecimiento espiritual y el perfeccionamiento interior. En su obra, expresaba también una gran tolerancia hacia las personas de cualquier creencia.
“Quienquiera que seas, ven
Aunque seas
un incrédulo, un pagano o un adorador del fuego, ven
La nuestra no es una hermandad de desesperación
Aunque hayas roto
tus promesas de arrepentimiento cien veces, ven”.
Después de la muerte de Rumi, comenzaron a surgir pequeños grupos de seguidores que se expandieron por el territorio turco. Estos grupos construyeron semahanes (lugares donde se lleva a cabo la Sema), que se convirtieron también en centros educativos y de reunión de la comunidad.
Desde Turquía, la Orden Mevlevi se extendió a otras partes del Imperio Otomano, incluyendo varios países mediterráneos, de los Balcanes y de la Europa Oriental. En todos ellos se construyeron edificios para albergar las actividades de la Orden. Muchos de ellos se han conservado hasta hoy en día.
La Orden Mevlevi vivió su apogeo durante el Imperio Otomano. Muchos sultanes otomanos eran miembros de ella y esto explica el considerable poder que los Mevlevis llegaron a ostentar en aquel tiempo. Sin embargo, tras el golpe de estado de Mustafa Kemal y el inicio del régimen kemalista, los musulmanes turcos pasaron a sufrir una difícil prueba que ha llegado hasta hoy. El estado laicista prohibió en 1925 las tariqas sufíes y confiscó sus propiedades. Hubo que esperar hasta 1953 para que el Estado turco autorizara de nuevo la realización de la danza derviche. Sin embargo, el Estado trató de mantener la Sema bajo su control y buscó también su secularización. Para ello contrató a personas que no pertenecían a la Orden para que realizaran estas danzas, con fines esencialmente turísticos. Así pues, ya no se trataba entonces de una Sema que mereciera tal nombre, sino de un simple espectáculo.
La prohibición llevó a los Mevlevi a realizar este tipo de prácticas de una forma secreta en sus casas o en otros lugares. Esto ha continuado ocurriendo así hasta los años noventa, con excepción de la celebración religiosa que tiene lugar cada 17 de diciembre en el Mausoleo donde reposan los restos de Rumi, situado en la provincia de Konia, y a la que acuden decenas de miles de Mevlevis. No obstante, con los cambios políticos y sociales habidos en Turquía en los últimos años y su posible adhesión a la Unión Europea, es probable que todas las restricciones que todavía pesan sobre las actividades espirituales de los sufíes turcos sean levantadas y sus tariqas puedan vivir de nuevo un notable florecimiento espiritual, similar al de pasadas épocas.